UNIVERSIDAD
ALFONSO REYS
DIVISION
PREPARATORIA
UNIDAD
LINDA VISTA
MATERIA:
Historia de México
MAESTRA:
Sanjuana Alicia Obregón Jasso
ENSAYO:
Autoritarismo.
GRUPO:
3° B
MATRICULA:
L-10836
ALUMNA:
Valeria Escamilla Olivares
Guadalupe, N.L, A 11
de Octubre del 2012
Autoritarismo
El autoritarismo es, en términos generales, una
modalidad del ejercicio de la autoridad en
las relaciones sociales, por parte de alguno o algunos de sus miembros, en la
cual se extreman la ausencia de consenso, originando un orden social opresivo y
carente de libertad para otra parte de los miembros del grupo social.
En ciencia
política el autoritarismo se refiere a "la doctrina política
que aboga por el principio del gobierno absoluto: absolutismo,autocracia, despotismo, dictadura, totalitarismo."1 El término
se utiliza para calificar a organizaciones o estados que
pretenden conservar y gestionar el poder político mediante
mecanismos que se encuentren en abierta contradicción con la libertad.
Es muy conocida la división de Juan J. Linz entre
régimen autoritario y régimen
totalitario, paralela a la de Hugh Trevor-Roper entre fascismo y fascismo
clerical.
En un sentido estrictamente técnico, es la forma política
en la que el Estado, es decir, el conjunto de instituciones que ostentan el poder político en
una delimitación territorial sobre un conjunto de ciudadanos, se identifica con
un partido
político, cuya función sería servir de nexo entre el
poder político y el ciudadano.
Esta concepción del Estado y su identidad con el partido
se puede contraponer a los sistemas políticos occidentales de hoy en día, en
los que el Estado funciona como un ente superior, siendo así desligado del
partido, que a pesar de tener cierto nivel de control sobre el Estado, no puede
invadir competencias ajenas y hacerse con el control absoluto, es decir,
fundirse con el Estado.
A pesar de que la mayor parte de los autoritarismos
actuales funcionan como un sistema monopartidista, el hecho de que sólo exista
un partido no es lo suficientemente concluyente como para decir que tal Estado
es autoritario. Igualmente, no es correcto decir que un Estado, por el mero
hecho de disponer de varios partidos, no es autoritario. No hay más que recordar
aquellos turbulentos momentos acaecidos durante la Revolución
francesa, en los que a pesar de existir varios
partidos, se presentaba un autoritarismo evidente. El partido que llegaba al
poder pasaba a ser el Estado, y gracias a ello, se dieron tremendas atrocidades,
delitos capitales por motivos políticos y con efectos retroactivos, el
exterminio administrativo de los rivales de los demás partidos.
La aplicación más amplia del
significado de autoritarismo se encuentra en los estudios sobre la
personalidad y las actitudes autoritarias. El autoritarismo como
ideología enfatiza que la autoridad debería reconocerse y ejercerse mediante la
fuerza y la coacción. Esta actitud ha preocupado a los científicos sociales que
han abordado el problema intentando encontrar un fundamento o explicación en
los individuos. Autores como Fromm, Erikson y Reich se
preocuparon por el tema. En concreto, el primero plantea que es en la
ambivalencia respecto a la libertad y el deseo, a menudo inconsciente, de
escapar a las cargas que conllevan, donde radica la susceptibilidad del
individuo a la propaganda totalitaria; el “miedo a la libertad” se convierte en
el fundamento del individuo autoritario.
Desde la perspectiva
sociológica, el enfoque eminentemente psicoanalítico de Adorno y sus
colaboradores ha sido fuertemente criticado con base en el argumento de que una
interpretación más completa del tipo de la personalidad autoritaria requiere
una consideración exhaustiva del ambiente social, de las distintas situaciones
y de los diversos grupos que pueden influir en la personalidad, ya que muchos
factores de la personalidad pueden no ser más que efecto de condiciones
sociales específicas. En otros términos, los rasgos de la personalidad
autoritaria se relacionan también con determinadas concepciones de la realidad
que predominan en ciertas culturas o subculturas que son
interiorizadas por el individuo a través del proceso de socialización y que
corresponden a las condiciones de vida en dicho ambiente social.
Desde la perspectiva
sociológica se destaca la tesis del “autoritarismo de la clase
trabajadora” de Seymour M. Lipset, quien no niega la existencia
de tendencias autoritarias en las clases altas y medias pero sostiene que en la
sociedad moderna las clases más bajas, por las condiciones en que se
desenvuelven, relativamente marginadas de las decisiones importantes, se han
convertido en la mayor reserva de actitudes autoritarias, de comportamientos
que se refieren a una disposición psicológica autoritaria.
El pensamiento autoritario moderno
surgió como una reacción contra la ideología liberal y democrática y su
expresión más clara y coherente fue la doctrina contrarrevolucionaria
de Maistre y de Bonald quienes contrapusieron al
racionalismo ilustrado un irracionalismo radical, a la idea de progreso la de
la tradición y a la tesis de la soberanía popular la de que
todo poder viene de Dios. Más tarde, con el avance de la sociedad
industrial y urbana, el autoritarismo ha tratado de responder a la
problemática socialista y ha buscado justificaciones en épocas de crisis o en
situaciones de extremo subdesarrollo y de deficiente cultura cívica.
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